Marc Cucurella fue este martes el hombre más señalado por la grada en la semifinal de la Eurocopa de Alemania entre España y Francia. El lateral catalán no protagonizó acciones polémicas, pero pesó demasiado el recuerdo de su 'mano' no pitada ante Alemania ante un estadio repleto de aficionados locales.
El acoso fue total para el defensor, pero no precisamente por parte de los aficionados galos, pues este llegó de parte de los seguidores de la selección alemana que esperaban estar en el Allianz animando a los suyos (así hubiera sido si hubieran ganado los cuartos ante España).
En cada balón que tocaba, Cucurella era pitado, pero a la vez animado por una afición española que se volcaba con él gritando "Cucurella, Cucurella" para silenciar los gritos de los alemanes.
El motivo es claro, y es que en Alemania sigue abierto el debate sobre la mano del español no pitada por el árbitro Anthony Taylor en los instantes finales del partido de cuartos de final... y lo pagaron con el español.
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